Internación forzada de adictos: ¿tratamiento o represión?

En la ciudad brasileña de Sao Paulo entró en vigor esta semana una controvertida normativa que facilitará la internación forzada de adictos al crack en clínicas de desintoxicación.

Consumidor de crack
Pie de foto,

La medida facilitará la internación forzada de adictos al crack.

El problema de la adicción a esta sustancia es tan grave, que un área en el centro de la ciudad donde se concentran los consumidores de la droga es conocida como "Crackolandia".

La medida, sin embargo, ha estado marcada por protestas y confusión. El día que entró el vigor muchos expresaron la falta de información y el inicio estuvo marcado por manifestaciones en la clínica que recibirá a los adictos en el centro de Sao Paulo.

La nueva estrategia acordada por las autoridades de la ciudad, el Tribunal de Justicia, Ministerio Pública y la Orden de Abogados de Brasil involucra la creación de un equipo de médicos, trabajadores sociales y jueces que estará basado en el Centro de Referencia de Alcohol, Tabaco y Drogas (CRATOD), cerca de Crackolandia.

Expertos consultados por BBC Brasil están pidiendo que la medida no se convierta en un operativo represivo -como han ocurrido en el pasado- que se limite a extraer a los adictos del área sin someterlos a una forma eficaz de tratamiento.

Según explicó el juez Antonio Carlos Malheiros, representante del Tribunal de Justicia en CRATOD, el equipo se encargará de llevar al centro a los adictos que se encuentren en las calles y allí serán evaluados. Con esa información se determinará si el sujeto necesita ser rehabilitado. Si se niega, un juez podrá ordenar su internación forzada.

Actualmente la legislación brasileña establece tres tipos de ingreso a centros de rehabilitación: voluntaria, involuntaria (que es determinada por el médico y la familia si el paciente no puede decidir por sí solo) y obligatoria (por orden judicial).

Esta última requiere que los adictos al crack sean trasladados de inmediato a una clínica especializada del estado en un proceso que debe concretarse en unas pocas horas.

Al anunciar el programa, el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, indicó que el estado tiene unas 700 camas para atender a los adictos en clínicas especializadas.

Polémica

El juez Malheiros aseguró que pasó más de seis meses visitando diariamente Crackolandia para investigar el tema. Encontró que la solución al problema no es establecer una política higienista para apartar a los adictos.

Lo que se propone, dice, es la hospitalización obligatoria de quienes dependen de la sustancia, pero sólo como "último recurso" y no como norma.

Según explicó a la BBC el juez, las estrategias que ha utilizado el gobierno en el pasado -por ejemplo, cuando la policía militar dispersó en 2012 a los consumidores de drogas del centro de la ciudad - no han sido las más adecuadas.

Usuarios de drogas
Pie de foto,

La medida ha causado controversia por los que temen una represión.

La nueva medida, asegura, será ejecutada sólo por trabajadores sociales y personal sanitario calificado. Sólo en los casos que se consideren graves, aproximadamente 10% del total, será ordenada la internación forzada.

Los expertos, sin embargo, no están convencidos. El psiquiatra Dartiu Xavier da Silveira, profesor de la Universidad Federal de Sau Paulo, le dijo a la BBC que la internación forzada es, en general, negativa.

En su opinión, ésta sólo se justifica en cerca de 5% de los casos, cuando el adicto al crack también presenta un problema grave de salud mental.

Según el experto, el tratamiento de consumidores de drogas es más efectivo cuando es voluntario porque requiere visitas regulares a las clínicas o centros especializados.

"Es relativamente fácil que alguien permanezca libre de drogas cuando está hospitalizado, aislado y en condiciones ideales. Lo difícil es mantenerse lejos de la droga cuando regresas a vivir con la familia, al trabajo y a los otros problemas", dice.

"La consecuencia es que la mayoría recae en el primer mes tras la internación. Además de que el costo es mucho mayor con un tratamiento de paciente externo, la eficacia es menor" agrega.

Solidaridad

No está claro cómo los adictos que se oponen a la internación serán llevados al centro para someterlos a evaluación médica.

El juez Malheiros indicó que algunos miembros de familia están tratando de convencer a sus familiares consumidores de crack para llevarlos al CRATOD.

La duración del tratamiento de rehabilitación será determinado sobre la base de los informes médicos, agregó.

El psiquiatra Ronaldo Laranjeira, profesor de la Universidad Federal de Sao Paulo y uno de los principales expertos en adicción del país, está a favor del internamiento forzado que, dice, es un "acto de solidaridad".

Según el especialista, mucha gente llega a clínicas de rehabilitación contra su voluntad pero terminan adhiriéndose al tratamiento tras los primeros días de hospitalización.

"Debemos atender a los que se desmayan en las calles (debido al abuso de crack). Esto es un acto de solidaridad y no una medida de apresamiento", expresa el psiquiatra.