Recientemente se ha vuelto a poner en marcha la discusión sobre cannabis en el Senado de la República y nuevamente se evidencian las contradicciones entre el discurso y la voluntad política de quienes tienen la responsabilidad de generar las leyes que garanticen los derechos de las personas usuarias y la posibilidad de generar una industria benéfica para México. Pocos casos como el de la cannabis ilustran tan claramente las insuficiencias profesionales y la falta de independencia de nuestro Poder Legislativo frente a la agenda del Ejecutivo, donde la llamada "representación popular" ha fallado una y otra vez para cumplir con su deber de legislar para modificar el estatus legal de la planta de la cannabis y de sus usuarios.