El exministro del Interior Jorge Larrañaga tenía el anhelo de acceder a las direcciones de los clubes cannábicos, que son una de las tres vías para adquirir marihuana con fines recreativos que habilitó la ley de control y regulación; las otras dos son la compra en farmacias y el autocultivo. El dirigente del Partido Nacional fallecido en mayo de 2021 tenía la sospecha de que una parte de la producción de los clubes se volcaba al mercado ilegal y que incluso una fracción se comercializaba en Brasil. El titular de la Secretaría Nacional de Drogas (SND), Daniel Radío, siempre fue contrario a la iniciativa, pero no por considerar que las autoridades no deben tener acceso a las direcciones, sino porque antes de entregarlas debía “salvaguardar la identidad de los usuarios”.