Algunos 'coffee shops' cerrados en señal de protesta, otros abiertos y apoyando la ley, controles policiales irregulares y subida de la venta ilegal: la implementación del "mapa cannabis", en vigor desde hace una semana en el sur Holanda, es caótico. "Se necesita tiempo para que todo funcione", declaró a la AFP Charlotte Menten, portavoz del ministerio holandés de Justicia y Seguridad.