 El  debate global sobre políticas de drogas se está poniendo más  interesante debido, en gran medida, a iniciativas que provienen de  América Latina. El anuncio formulado el 20 de junio por el gobierno uruguayo de que propondrá  legislación que cree un mercado legal y regulado para la marihuana, es  sólo el último cuestionamiento a la manera en que hasta ahora se ha  venido librando una “guerra contra las drogas”.
El  debate global sobre políticas de drogas se está poniendo más  interesante debido, en gran medida, a iniciativas que provienen de  América Latina. El anuncio formulado el 20 de junio por el gobierno uruguayo de que propondrá  legislación que cree un mercado legal y regulado para la marihuana, es  sólo el último cuestionamiento a la manera en que hasta ahora se ha  venido librando una “guerra contra las drogas”.
La discusión de alternativas a la guerra contra las drogas pasó a ocupar el centro del escenario durante la Cumbre de las Américas en Colombia en abril, la cual culminó con el anuncio del Presidente Santos de que estaba encomendando a la Organización de Estados Americanos (OEA) evaluar las políticas actuales y trazar otras opciones posibles.
Uno podría esperar que la cumbre internacional a realizarse la próxima semana sobre el “Problema Mundial de las Drogas” – organizada en Lima por el gobierno peruano – reflejase este creciente dinamismo en el debate. Pero por el contrario, la agenda oficial de la reunión a realizarse en Lima los días 25 y 26 de junio, sugiere una determinación a continuar como si nada hubiese cambiado, y en la cual amplias reafirmaciones del status quo aún constituyen la orden del día. ¿Por qué existe una disociación tan pronunciada entre iniciativas recientes y la atmósfera que favorece un retroceso en el tiempo para la cumbre de Lima?
 La reunión en Lima fue inicialmente anunciada por el Presidente Ollanta  Humala cuando éste asumió el cargo el 28 de julio de 2011. En dicho  momento, el Perú se estaba embarcando en una significativa reforma de  sus políticas sobre drogas, ante un escalamiento de las tasas de cultivo  de coca y de producción de cocaína. Ricardo Soberón, recientemente  nombrado jefe de la agencia peruana anti-drogas, DEVIDA, anunció la  reducción de la erradicación forzada de los cultivos de coca y dijo que,  en lugar de ello, el gobierno intensificaría los programas para el  desarrollo económico y la inclusión social en las remotas áreas rurales  donde florece la producción de coca en el Perú. El gobierno anunció  también que enfocaría sus esfuerzos en desmantelar las redes criminales  del tráfico de drogas e intensificaría programas para desbaratar el  flujo de insumos químicos y el lavado de dinero. Al momento del anuncio,  Soberón dijo que la cumbre se proponía enfocarse en el mejoramiento del  intercambio de inteligencia y en mostrar el nuevo enfoque peruano para  limitar el cultivo de coca – el cual ofrecía resultados más prometedores  que décadas de fracasadas estrategias de erradicación forzosa.
 Pero mucho ha cambiado desde el anuncio de la cumbre. Mientras el  Presidente Humala se ha tambaleado hacia la derecha, Soberón fue  destituido y, en el portal electrónico de la DEVIDA, el anuncio de la  cumbre de las “drogas” fue cambiada por el de una cumbre “anti-drogas”. Y  mientras en la región se abría el debate sobre drogas, la reunión de  Lima asumió una nueva significación para los defensores del status quo, parapetándose para salvaguardar enfoques tradicionales y para apaciguar el debate sobre reformas.
 Ello no obstante, el debate sobre reforma tendrá lugar a nivel nacional y  en otros foros internacionales, como la Cumbre Iberoamericana que se  llevará a cabo en España en noviembre de 2012, y la reunión de la  Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) programada  para enero de 2013 en Chile. Por mucho que los Estados Unidos y otros  países quisieran que tal debate ocurra estrictamente dentro de los  límites determinados por las convenciones existentes sobre drogas, algunos países no parecen estar dispuestos a acatar tales dictados.
 Ofreciendo una vista previa a la cumbre de la próxima semana en Lima, el semanario peruano Caretas reportó que la “legalización del cannabis no formará parte del debate”.  Pero, ¿pueden los funcionarios del gobierno peruano estar seguros de  eso? Tal como indicamos anteriormente,  como resultado de la Cumbre de Cartagena en abril de 2012, el genio ya  salió de la botella. ¿Es que acaso el debate sobre reforma de políticas  de drogas puede producir tan fácilmente un retroceso?
• Véase también: Un proceso en ciernes - Cambios en el debate sobre políticas de drogas en América Latina, Serie reforma legislativa en materia de drogas No. 21, Junio de 2012