La ley para el uso medicinal del cannabis se aprobó por unanimidad el 29 de marzo de 2017. En septiembre de ese mismo año se reglamentó de forma parcial, y el Estado designó la investigación y la producción sólo para personas diagnosticadas con epilepsia refractaria, aunque también se utiliza para tratar otras patologías y enfermedades. Casi dos años y medio después de aprobada la ley, especialistas aseguran que "no hay voluntad política", que quienes cultivan son criminalizados y quien quiere comprar no tiene opciones producidas, reguladas y controladas por las entidades públicas. "Queremos que quien decida cultivar pueda hacerlo sin ser criminalizado", dijo Valeria Salech, presidenta de Mamá Cultiva Argentina.