Leyes de drogas y cárceles en Argentina
Sistemas sobrecargados: Leyes de drogas y cárceles en América Latina
Dentro del mercado internacional de drogas, Argentina es un país ‘de tránsito’ de la cocaína. En las últimas décadas se ha producido un incremento del consumo de estupefacientes y psicotrópicos y, en los últimos años, han aparecido laboratorios de producción de clorhidrato de cocaína, aunque no con la envergadura de los de Colombia, Perú o Bolivia. Las leyes destinadas a perseguir los delitos de drogas han fracasado en reducir el tamaño del tráfico, y en vez, han causado el encarcelamiento de personas en situación de vulnerabilidad.
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La legislación penal de Argentina con relación a estas sustancias se ha venido desarrollando desde 1924 y, desde la década del setenta, se han acentuado sus aspectos represivos. La persecución creciente que ha resultado de esta legislación ha recaído sobre consumidores y pequeños actores ligados a las actividades de tráfico, destacándose en particular la población de mujeres y la de extranjeros como los grupos sobrerrepresentados en los encarcelamientos por este tipo de delitos.
La población penitenciaria en Argentina ha ido incrementado de forma constante desde la recuperación de la democracia a fines de 1983, aunque en los últimos años se advierte cierto descenso. Como se puede ver en el capítulo sobre Argentina del estudio Sistemas sobrecargados: Leyes de drogas y cárceles en América Latina, del Transnational Institute (TNI) y la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), el número de personas detenidas en Argentina creció en exceso, en un 75 por ciento entre 1997 (29.690 personas detenidas) y 2007 (52.457 personas detenidas). Después de aprobarse la Ley 23.737 sobre estupefacientes (que incrementó las penas), la población carcelaria por delitos de drogas creció a partir de la década del 90, hasta representar alrededor de un tercio de la población en cárceles federales.
Lo primero que revela el estudio es que en estas últimas dos décadas,  la persecución creciente de delitos relacionado a drogas ha recaído  sobre todo en consumidores y pequeños actores ligados a las actividades  de tráfico. “Las autoridades han encarcelado a aquellos que funcionan  como los actores menores del tráfico de drogas, en vez de enfocarse en  los grandes traficantes”, dice Alejandro Corda, investigador del capítulo de Argentina y miembro de Intercambios Asociación Civil.
Pien Metaal y Alejandro Corda
Adicionalmente, este estudio revela que en términos de  porcentajes, estos delitos están sobre representados en dos poblaciones  específicas: mujeres y extranjeros. Entre ellos los porcentajes de  personas encarceladas por delitos de tráfico de drogas, en cárceles  federales, oscilan alrededor de dos tercios, duplicando los valores de  la población en general. Estos porcentajes resultan aún mayores en  aquellos casos donde ambas condiciones se combinan, pudiéndose  identificar la mayoría de los encarcelamientos de mujeres extranjeras  con este tipo de delitos. (Más estadísticas disponibles en el estudio) Actualmente, el principal delito por el que se encuentran detenidas  las mujeres en el ámbito del Servicio Penitenciario Federal es el de  estupefacientes. Y en las cárceles de la Provincia de Buenos Aires  comienza a advertirse un incremento en el mismo sentido.
“Todo  parece indicar que muchas de estas mujeres entraron al tráfico de  drogas como una forma de resolver los problemas económicos que debían  afrontar como cabeza de familia, en ocasiones numerosas”, dice el investigador Corda. “Por  lo general estas mujeres actuaron como actores menores dentro de las  actividades de tráfico, ya sea vendiendo en pequeña escala en sus  barrios o intentando transportar drogas a través de las fronteras”.
“Concluimos  entonces que estas leyes, y su aplicación, no sólo han fracasado en  lograr reducir el tráfico de drogas, sino que han empeorado la situación  de grupos de por si ya vulnerables a través de su encarcelamiento”,  dice Corda. “Estas personas deberían recibir otro tipo de respuestas  estatales y penas alternativas al encarcelamiento, pues una vez en  libertad, ese pasado les impide en muchos casos conseguir trabajo,  reduciéndoles nuevamente las opciones de supervivencia”.
Algunos casos muestran que se incursionó en el negocio para mantener una adicción. “En los casos de usuarios problemáticos, es muy claro que lo que la  persona necesita son respuestas socio-sanitarias y no la cárcel”,  afirma Corda. En 2009, el fallo ‘Arriola’ de la Corte Suprema declaró  inconstitucional el castigar penalmente a personas por la tenencia de  drogas para su consumo personal. Sin embargo, existe una ley – aún  vigente – que en su letra sanciona la tenencia para consumo personal,  prácticas policiales que la aplican de modo represivo y tribunales que  la interpretan no siempre de modo uniforme. “Urge actualizar las  leyes del país para que se deje de considerar el consumo de drogas como  un asunto penal y se entienda como un fenómeno socio-sanitario”, dice Corda. “Mientras  no lo hagamos, los consumidores seguirán siendo alcanzados por las  agencias del sistema penal dificultando el desarrollo de otras  respuestas estatales y sociales más eficaces”.
Por último,  el estudio encuentra que en muchos casos, el sistema penal sobreactúa  en su rol de ‘lucha contra el narcotráfico’, vinculando a gente inocente  o inventando procedimientos. El estudio hace un resumen de varios  casos en donde el estado parece que actuó exagerada o erróneamente. Uno  de estos casos fue grabado en un video de 5 minutos para que las  televisoras y medios en línea puedan mostrar el perfil de las personas  encarceladas. En el video de Argentina,  dado a conocer hoy, una mujer narra como fue engañada para traficar  cocaína a Brasil, y su experiencia en la cárcel. Este video forma parte  de una serie de videos conectados al estudio mostrando el rostro humano de la guerra contra  las drogas. La prensa tiene permiso de subir el video a sus portales de  Internet o de difundirlos por televisión. 
Para más información:
– Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., Coordinadora de Comunicaciones: en Estados Unidos: +(617) 584-1713.
– Vea nuestra video serie mostrando el perfil de las personas encarceladas por drogas.
Sistemas sobrecargados: Un estudio sin precedentes que compara las leyes de drogas y los sistemas carcelarios de ocho países latinoamericanos: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay.


 
						


